Hoy voy a contaros el que ha sido para mí, el destino más importante de todos cuanto he realizado en cuanto a emociones y sensaciones, el lugar que
ha sacado mi parte más sensible, poniendo en guardia a la mayoría de mis
sentidos: vista, oido, olfato, y gusto. Este destino es, JERUSALEM
Vista porque es un lugar que mediante la observación, me ha inspirado
mucho a la hora de fotografiar sus rincones y sus gentes, pues las fotografías
más que de lugares típicos y famosos, son fotografías de detalles, de
pedacitos, de momentos captados en la vida diaria de esta preciosa ciudad que
se llama Jerusalem.
Oído porque a pesar del mucho tráfico que tiene, es un lugar muy silencioso,
sobretodo el casco antiguo. Un silencio que te transmite mucha calma, mucha
paz. Hasta en lo lugares más multitudinarios, como en la plaza donde se sitúa
el muro de las lamentaciones, donde hay mucha más actividad, lo notas. Notas ese
ruido silencioso. Es como si hubiera en la atmósfera, una campana que
amortiguara el exceso de ruido y lo fliltrara devolviéndolo aplacado y
uniforme.
Olfato. Jerusalem, tiene un olor dulzón, pero sobretodo huele a olivo, a kebab
y a pan recién hecho...pan, que te encuentras en cualquier rincón de la
ciudad expuesto para que lo admires, lo huelas y lo comas, pues llama mucho la atención, (es un pan
de color oscuro, crujiente y recubierto por semillas de sémola).
Gusto. Precisamente fue el pan con lo que me quedo en cuestión de sabor,
pues a pesar de que degustamos comida típica de Israel, lo que más me llamó la atención fué el sabor de este alimento tan indispensable y a la vez tan importante para algunas culturas que tienen en este punto geográfico, el origen de su fe.
En definitiva, fue una auténtica experiencia para mis sentidos.
Visité Jerusalem en el transcurso de un crucero que nos llevó por Egipto, Israel y Grecia. Veníamos de visitar El Cairo y al llegar a Israel, nada más bajarnos del barco y subirnos al autobús, pude....empecé a notar la
diferencia abismal de estos dos mundos tan opuestos, pero a la misma vez tan
unidos por cuestiones de historia como son Egipto e Israel. Venía de Egipto de
conocer como es su vida cotidiana con su caos, con su vida ajetreada, con sus
calles sucias y lugares mal olientes, con sus vendedores ambulantes avariciosos rayando la
mala educación y la grosería y de pronto me encuentro en un país limpio no,...
impoluto!
Un país donde a pesar de la cantidad de tráfico y de coches existente,
pues nos comentaba el guía que el israelí coge el coche para ir a la esquina de
la calle, la gente vive con una tranquilidad alucinante...no existe el stress
en (no voy a decir Israel porque no lo conozco entero) Jerusalem. Puedes salir
a cualquier hora del día a la calle solo ó acompañado que no ocurre
absolutamente nada, nos explicaba el guía, y realmente lo sientes así
cuando estás caminando
por sus calles. Hay mucho silencio, nadie grita, son respetuosos con los
demás, nadie te asalta para que le compres pues no existe la venta ambulante. Todo lo
que quieras comprar lo haces en sus lugares correspondientes, como debe
ser. Las calles están limpísimas, no verás ni un papel en ellas.
Al llegar a esta ciudad y comenzar a recorrerla, pude notar que dentro de Jerusalem hay muchas Jerusalenes y no me refiero a esto
por las zonas turisticas ó históricas, no, me refiero a cosas no
palpables, a las conclusiones que llegué por
las palabras del guía cuando estaba tratando de explicarnos la vida, la
historia y el carácter de este país y de esta ciudad.
Estas son las distintas Jerusalenes que encontré:
Jerusalem contradictoria, pues es llamada la ciudad de la paz, pero en 3.000
años de historia, no ha tenido ni un solo día de la misma. Ciudad odiada y
venerada al mismo tiempo, ciudad moderna y milenaria, ciudad plagada de
misticismo y religión, pero armada hasta los dientes, ciudad que de cara al
mar es un vergel, pero que a su espalda es un desierto...el desierto de Judea.
Jerusalem multicultural y de la variedad. Es la única ciudad, dentro del volcan a punto de estallar que es oriente próximo, donde puedes ver
convivir y trabajar juntas a personas de diferentes religiones y culturas, así,
en el autobús que nos llevaba, el conductor era musulman, de piel oscura y
rasgos árabes y el guía que iba a su lado, judío, de piel blanca y raza
aria...curioso. Un país, que tiene pueblos donde de una calle a otra pasas a
barrios, viviendas y colegios de, nuevamente, una religión y cultura
diferentes completamente y que sin embargo, conviven y se respetan, no sin
dejar de mirarse de reojo los unos a los otros.Solo aquí puedes visitar
en el mismo edificio tres lugares sagrados: en una planta la tumba donde muchos
judíos creen que se encuentran los restos su Rey, de David. En otra planta, se
encuentra el lugar donde Cristo celebró la última cena y en este mismo lugar,
se encuentra ó se encontraba una mezquita. Y finalmente ver la variedad
de gentes, las diferentes ramas de un
mismo tronco que se elevan, se bifurcan y se cruzan hasta límites insospechados.
Nuestro guía trató de resumirnos lo más posible "la ensalada" de
gentes que hay formada por estas tierras. Fue una explicación muy por encima,
pues nos dijo que a parte del tiempo que no teníamos, si se ponía a explicarlo
más extensamente, podríamos quedar mucho más confusos que al principio....vino
a decir lo siguiente: Todas las personas que viven en Israel, son Israelitas,
son ciudadanos de Israel. Esto incluye a Judios, árabes, cristianos católicos,
cristianos ortodoxos...etc. Ahora bien, dentro de los árabes, los hay judíos,
musulmanes e incluso crsitianos también, pues es cierto que tendemos a
relacionar a lo árabe con lo musulman y esto es un error por nuestra
parte...pero! y esto es lo que me terminó de confundir del todo, todos
los árabes se consideran por cuestiones de raza, Palestinos. Y ahora digo
yo, si se está creando un estado palestino
en el que tienen prohibida la entrada los ciudadanos de Israel, qué pasa con
los árabes que viven en Israel? tienen que renunciar a su ciudadanía
Israelita y pasarse a vivir a Palestina ó tienen un salvaconducto de raza
que les permite el acceso libre a Palestina?....puf! un lío, asi que mejor lo
dejo, porque no entiendo nada.
Otra Jerusalem que descubrí, es la Jerusalem de las sorpresas, me sorprendieron
tantas cosas...pero la principal es descubrir que el santo sepulcro, por
ejemplo, no está en una iglesia católica, sino en una iglesia ortodoxa griega y
que está regentada por siete congregaciones diferentes, una griega, una rusa,
hasta una de etiopía, la más pobre de todas, pero ninguna puede hacer nada sin
el consentimento de las demás.
Se me olvida que los ortodoxos son también cristianos, pero sorprendentemente,
las iglesias y la presencia católica brillan por su ausencia, es una auténtica
minoría. El guía nos comentaba que el catolicismo en Jerusalem está
desapareciendo y que de esto, de este hecho, Occidente no se está dando cuenta
alguna. Increible que en el lugar donde vivió, en el lugar donde padeció y en
el lugar donde murió Cristo, haya tan poca huella del catolicismo, de verdad
que me costaba creerlo. En una ciudad tan plagada de mezquitas, iglesias
ortodoxas y sinagogas, sólo pude ver una iglesia católica, la iglesia de
Getsemaní, edificada junto al huerto de los olivos, lugar donde Cristo tuvo sus
últimas dudas y donde fue apresado y traicionado por Judas.
Os sigo contando más sobre la ciudad, pero esta vez ya con fotografías.
Esta primera foto pertenece a las murallas de Jerusalem. Las
murallas que rodean la ciudad y que tienen la friolera de 3000 años de
antigüedad. Lo que no habrán contemplado estas piedras, cuántas guerras,
cuántas entradas triunfales, al igual que cuántas salidas de tropas y gentes
avergonzadas y derrotadas habrán contemplado sus puertas. Y cuántas veces
estas mismas paredes habrán sido levantadas y reconstruidas. Sólo contemplarlas
te hace estremecer al pensar que estás mirando, no sólo una muralla, no sólo
piedras, sino “puritita” historia. Es sencillamente bestial.
Como toda muralla, dispone de muchas puertas de acceso a
la ciudad. Jerusalem, creo, porque no lo recuerdo bien, tiene 6 y estas que veis
en la foto es la séptima. Pero si os fijais tienen la peculiaridad de que no
tienen acceso, es todo piedra, nadie puede entrar por aquí y sin embargo, son
las puertas más importantes de toda la ciudad para cristianos y judíos, y ¿por
qué?...pues porque por aquí, para los primeros, según dice la Biblia, después
de que tenga lugar el Apocalipsis, será
el lugar por donde vuelva a entrar Jesucristo. Así lo relataba San Juan, por
ejemplo, que es uno de los que habla de este tema en los evangelios: “….Yo soy
el Alfa y la Omega, principio y fin, dice El Señor, el que es y que era y que
ha de venir, el Todopoderoso...”
¿Y por qué son también las puertas más importantes para los
Judíos?...pues porque por aquí, se supone, que entrará su Profeta, el Profeta
que los Judíos aún esperan que llegue. Por estas razones, son las puertas más
importantes para estas dos religiones....son puertas místicas.
Imagínaos si no serán estas puertas importantes, que esto
que veis en la foto, es un cementerio judío, un cementerio situado justo
enfrente de las puertas. No son enterramientos bajo tierra, sino al aire libre
y esto es así, porque los que tienen el privilegio de estar aquí enterrados,
serán los primeros en presenciar la venida del Profeta y serán los primeros en
acompañarle al interior de Jerusalem...están en posición de espera, de
vigilancia.
De las murallas de Jerusalem, nos vamos ahora a la iglesia
de Getsemaní, situada junto al huerto de los olivos, lugar donde Jesucristo se
retira a meditar solo unos momentos, donde tiene las últimas dudas, donde la
angustia y el miedo por lo que está por venir, le hacen sudar gotas de sangre y
donde finalmente acepta la situación con un resignado: “hágase tú voluntad,
Padre”
Este es uno de los olivos de ese huerto. ¿Sabíais que los
Olivos, cuando mueren, tienen la facultad de regenerarse, de nacer
nuevamente? Pues sí, es así. Este olivo de la foto, podría ser el nieto ó el
biznieto del olivo que presenció todo lo acontecido esa noche.
Porque en este lugar, no sólo tuvo Jesús sus últimas dudas,
sino que también fue el lugar donde fue traicionado por Judas y apresado por
los soldados.
Esta que véis abajo, es la iglesia de Getsemaní y arriba podéis ver una bonita iglesia ortodoxa rusa.
Nos vamos. Ahora nos dirigimos al interior de la ciudad
amurallada, concretamente a la ciudad antigua. Vamos a recorrer sus calles,
donde podréis observar su limpieza y casi podréis sentir su tranquilidad a partir
de las imágenes con escenas cotidianas, que a mí al menos, me transmite mucha
paz....ahí van.
¿qué, os ha gustado? la mayoría de las personas que andaban
por las calles, eran turistas, por lo demás era un día muy tranquilo, pues era
viernes y era festivo, no sé para qué religión en concreto, creo que los
musulmanes. Es curioso que aquí, los horarios de las tiendas y negocios, van
en función de los días de liturgia que tenga cada religión. Los viernes
musulmanes (creo), los sábados judíos y los domingos, cristianos. Muchos
negocios, si tienen que cerrar para sus oraciones, cierran para volver a abrir
después. Pero en general, los horarios de oficinas, colegios y demás terminan
sobre las 6 de la tarde.
Cuando paseas por las calles de la ciudad antigua, se nota
que es monopolio judío, hay símbolos y señales de ello por todos lados, aquí os
paso algunas fotos donde lo podeis apreciar.
Esto que veis aquí, se supone que es la tumba del Rey David
para muchos judíos, que no para todos. Me sorprendió la cutrez del lugar, pues
si se supone que es la tumba de David, el reducido y abandonado habitáculo, no
le hace gala en absoluto a quien fue un Rey tan importante. La estancia como os
decía es muy reducida y además está dividida, para que por un lado entre los
hombres y por otro las mujeres. No se si podeis observarlo, es la cortina
azul lo que hace de separación entre las dos partes. Sorprendente ¿no creeis?
Esta es una estatua del Rey David. Creo que es la estatua más desgraciada del
mundo porque los judíos no creen en las representaciones de figuras, y todos
los fines de semana esta “pobrecita” aparece siendo victima de algún sabotaje ó
de algún atentado por parte de los indignados judíos que le hacen todo tipo de
barrabasadas...se orinan en ella ó la pintan de colores.
Fijaos, otro enorme símbolo judío. Para que os hagáis una idea de la cantidad de vigilancia que tienen, sobre todo, en la zona donde ahora nos dirigimos que es el muro de las lamentaciones, que se permiten el lujo de dejar este enorme candelabro de oro expuesto en plena calle. Alucinante.
Bueno, pues después del paseo por las calles de la ciudad
antigua, llegamos al corazón de la misma, llegamos a la plaza donde se sitúa
el muro de las lamentaciones. Aquí, más que contaros, os ilustro con imágenes, para tratar de
transmitiros el ambiente, el ajetreo calmado que allí se vive a diario
Aquí un soldadito, metralleta incluida, haciendo un "break" junto a una relajada turista que descansa sin ninguna preocupación por tener a un soldado a su lado metralleta en mano. Esta es una de las contradiciones que os comentaba de esta ciudad, que a pesar de ser ciudad de paz, está amarda por todas partes, pero curiosamente no sientes en ningún momento miedo alguno.
Aquí veis a los compañeros del soldadito, preparándose para el cambio de turno.
Esta es la parte del muro exclusiva para las mujeres, por supuesto es la
parte más pequeña, así que se tienen que apelotonar unas con otras para poder
rezar. ¿Véis en las grietas de la piedra, los papelitos con las peticiones de la
gente? ¿están perfectamente incrustados, verdad? Parecen parte de la piedra
ya. Después de hacer esta foto, por supuesto, busqué mi sitio, oré, escribí y
dejé mi propio papelito, como debe ser. Es espectacular cómo siente
la fe esta gente, pues en el sitio donde yo me puse no había mujeres turistas,
eran ”lugareñas”. Su actitud para el rezo era bien diferente de las demás. No
sólo pegaban las manos a la piedra, sino también el cuerpo entero con la frente
en contacto directo con ella y las dos manos abiertas como si quisieran
traspasar el muro, como si estuvieran rogando con todo su cuerpo ser escuchadas
por Dios. Susurraban sus plegarias, sus rezos, en una actitud, yo diría casi
desesperada, pues acompañando al rezo, le seguían las lágrimas. Era
conmovedor y chocante al mismo tiempo, pues no me puedo imaginar una manera tan intensa de sentir y vivir una religión.
En esta foto, podeis apreciar la separación de la parte de
los hombres y las mujeres. Aparte de ser mucho más pequeña la de ellas, no
tienen ni mucho menos las mesas, manteles, libros y todo esta infraestructura
que tienen los hombres. Para ellas, sólo hay pared, nada más...ni sillas, ni
nada de nada.
Como jerusalem tiene mucho que contar y para no hacer el artículo demasiado largo, aquí termino esta primera parte. En la segunda parte visitaremos parte del via crucis de Cristo, el Santo Sepulcro y nos iremos a Belen a visitar la iglesia de la anunciación.
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