martes, 16 de abril de 2013

JERUSALEM I



Hoy voy a contaros el que ha sido para mí, el destino más importante de todos cuanto he realizado en cuanto a emociones y sensaciones, el lugar que ha sacado mi parte más sensible, poniendo en guardia a la mayoría de  mis sentidos: vista, oido, olfato, y gusto.  Este destino es, JERUSALEM

Vista porque es un lugar que mediante la observación, me ha inspirado mucho a la hora de fotografiar sus rincones y sus gentes, pues las fotografías más que de lugares típicos y famosos, son fotografías de detalles, de pedacitos, de momentos captados en la vida diaria de esta preciosa ciudad que se llama Jerusalem.

Oído porque a pesar del mucho tráfico que tiene, es un lugar muy silencioso, sobretodo el casco antiguo. Un silencio que te transmite mucha calma, mucha paz. Hasta en lo lugares más multitudinarios, como en la plaza donde se sitúa el muro de las lamentaciones, donde hay mucha más actividad, lo notas. Notas ese ruido silencioso. Es como si hubiera en la atmósfera, una campana que amortiguara el exceso de ruido y lo fliltrara devolviéndolo aplacado y uniforme.

Olfato. Jerusalem, tiene un olor dulzón, pero sobretodo huele a olivo, a kebab y a pan recién hecho...pan, que te encuentras en cualquier rincón de la ciudad expuesto para que lo admires, lo huelas y lo comas, pues llama mucho la atención, (es un pan de color oscuro, crujiente y recubierto por semillas de sémola).

Gusto. Precisamente fue el pan con lo que me quedo en cuestión de sabor, pues a pesar de que degustamos comida típica de Israel, lo que más me llamó la atención fué el sabor de este alimento tan indispensable y a la vez tan importante para algunas culturas que tienen en este punto geográfico, el origen de su fe.

En definitiva, fue una auténtica experiencia para mis sentidos.

Visité Jerusalem en el transcurso de un crucero que nos llevó por Egipto, Israel y Grecia. Veníamos de visitar El Cairo y al llegar a Israel, nada más bajarnos del barco y subirnos al autobús, pude....empecé a notar la diferencia abismal de estos dos mundos tan opuestos, pero a la misma vez tan unidos por cuestiones de historia como son Egipto e Israel. Venía de Egipto de conocer como es su vida cotidiana con su caos, con su vida ajetreada, con sus calles sucias y lugares mal olientes, con sus vendedores ambulantes avariciosos rayando la mala educación y la grosería y de pronto me encuentro en un país limpio no,... impoluto!

Un país donde a pesar de la cantidad de tráfico y de coches existente, pues nos comentaba el guía que el israelí coge el coche para ir a la esquina de la calle, la gente vive con una tranquilidad alucinante...no existe el stress en (no voy a decir Israel porque no lo conozco entero) Jerusalem. Puedes salir a cualquier hora del día a la calle solo ó acompañado que no ocurre absolutamente nada, nos explicaba el guía, y realmente lo sientes así cuando estás caminando por sus calles. Hay mucho silencio, nadie grita, son respetuosos con los demás, nadie te asalta para que le compres pues no existe la venta ambulante. Todo lo que quieras comprar lo haces en sus lugares correspondientes, como debe ser. Las calles están limpísimas, no verás ni un papel en ellas.

Al llegar a esta ciudad y comenzar a recorrerla,  pude notar que dentro de Jerusalem hay muchas Jerusalenes y no me refiero a esto por las zonas turisticas ó históricas, no, me refiero a cosas no palpables, a las conclusiones que llegué por las palabras del guía cuando estaba tratando de explicarnos la vida, la historia y el carácter de este país y de esta ciudad.

Estas son las distintas Jerusalenes que encontré:

Jerusalem contradictoria, pues es llamada la ciudad de la paz, pero en 3.000 años de historia, no ha tenido ni un solo día de la misma. Ciudad odiada y venerada al mismo tiempo, ciudad moderna y milenaria, ciudad plagada de misticismo y religión, pero armada hasta los dientes, ciudad que de cara al mar es un vergel, pero que a su espalda es un desierto...el desierto de Judea.

Jerusalem multicultural y de la variedad. Es la única ciudad, dentro del volcan a punto de estallar que es oriente próximo, donde puedes ver convivir y trabajar juntas a personas de diferentes religiones y culturas, así, en el autobús que nos llevaba, el conductor era musulman, de piel oscura y rasgos árabes y el guía que iba a su lado, judío, de piel blanca y raza aria...curioso. Un país, que tiene pueblos donde de una calle a otra pasas a barrios, viviendas y colegios de, nuevamente, una religión y cultura diferentes completamente y que sin embargo, conviven y se respetan, no sin dejar de mirarse de reojo los unos a los otros.Solo aquí puedes visitar en el mismo edificio tres lugares sagrados: en una planta la tumba donde muchos judíos creen que se encuentran los restos su Rey, de David. En otra planta, se encuentra el lugar donde Cristo celebró la última cena y en este mismo lugar, se encuentra ó se encontraba una mezquita. Y finalmente ver la variedad de gentes, las diferentes ramas de un
mismo tronco que se elevan, se bifurcan y se cruzan hasta límites insospechados.

Nuestro guía trató de resumirnos lo más posible "la ensalada" de gentes que hay formada por estas tierras. Fue una explicación muy por encima, pues nos dijo que a parte del tiempo que no teníamos, si se ponía a explicarlo más extensamente, podríamos quedar mucho más confusos que al principio....vino a decir lo siguiente: Todas las personas que viven en Israel, son Israelitas, son ciudadanos de Israel. Esto incluye a Judios, árabes, cristianos católicos, cristianos ortodoxos...etc. Ahora bien, dentro de los árabes, los hay judíos, musulmanes e incluso crsitianos también, pues es cierto que tendemos a relacionar a lo árabe con lo musulman y esto es un error por nuestra parte...pero! y esto es lo que me terminó de confundir del todo, todos los árabes se consideran por cuestiones de raza, Palestinos. Y ahora digo yo, si se está creando un estado palestino
en el que tienen prohibida la entrada los ciudadanos de Israel, qué pasa con los árabes que viven en Israel? tienen que renunciar a su ciudadanía Israelita y pasarse a vivir a Palestina ó tienen un salvaconducto de raza que les permite el acceso libre a Palestina?....puf! un lío, asi que mejor lo dejo, porque no entiendo nada.

Otra Jerusalem que descubrí, es la Jerusalem de las sorpresas, me sorprendieron tantas cosas...pero la principal es descubrir que el santo sepulcro, por ejemplo, no está en una iglesia católica, sino en una iglesia ortodoxa griega y que está regentada por siete congregaciones diferentes, una griega, una rusa, hasta una de etiopía, la más pobre de todas, pero ninguna puede hacer nada sin el consentimento de las demás.

Se me olvida que los ortodoxos son también cristianos, pero sorprendentemente, las iglesias y la presencia católica brillan por su ausencia, es una auténtica minoría. El guía nos comentaba que el catolicismo en Jerusalem está desapareciendo y que de esto, de este hecho, Occidente no se está dando cuenta alguna. Increible que en el lugar donde vivió, en el lugar donde padeció y en el lugar donde murió Cristo, haya tan poca huella del catolicismo, de verdad que me costaba creerlo. En una ciudad tan plagada de mezquitas, iglesias ortodoxas y sinagogas, sólo pude ver una iglesia católica, la iglesia de Getsemaní, edificada junto al huerto de los olivos, lugar donde Cristo tuvo sus últimas dudas y donde fue apresado y traicionado por Judas.

Os sigo contando más sobre la ciudad, pero esta vez ya con fotografías.





Esta primera foto pertenece a las murallas de Jerusalem. Las murallas que rodean la ciudad y que tienen la friolera de 3000 años de antigüedad. Lo que no habrán contemplado estas piedras, cuántas guerras, cuántas entradas triunfales, al igual que cuántas salidas de tropas y gentes avergonzadas y derrotadas habrán contemplado sus puertas. Y cuántas veces estas mismas paredes habrán sido levantadas y reconstruidas. Sólo contemplarlas te hace estremecer al pensar que estás mirando, no sólo una muralla, no sólo piedras, sino “puritita” historia. Es sencillamente bestial.







Como toda muralla, dispone de muchas puertas de acceso a la ciudad. Jerusalem, creo, porque no lo recuerdo bien, tiene 6 y estas que veis en la foto es la séptima. Pero si os fijais tienen la peculiaridad de que no tienen acceso, es todo piedra, nadie puede entrar por aquí y sin embargo, son las puertas más importantes de toda la ciudad para cristianos y judíos, y ¿por qué?...pues porque por aquí, para los primeros, según dice la Biblia, después de que tenga lugar el  Apocalipsis, será el lugar por donde vuelva a entrar Jesucristo. Así lo relataba San Juan, por ejemplo, que es uno de los que habla de este tema en los evangelios: “….Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice El Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso...”

¿Y por qué son también las puertas más importantes para los Judíos?...pues porque por aquí, se supone, que entrará su Profeta, el Profeta que los Judíos aún esperan que llegue. Por estas razones, son las puertas más importantes para estas dos religiones....son puertas místicas.






Imagínaos si no serán estas puertas importantes, que esto que veis en la foto, es un cementerio judío, un cementerio situado justo enfrente de las puertas. No son enterramientos bajo tierra, sino al aire libre y esto es así, porque los que tienen el privilegio de estar aquí enterrados, serán los primeros en presenciar la venida del Profeta y serán los primeros en acompañarle al interior de Jerusalem...están en posición de espera, de vigilancia.


De las murallas de Jerusalem, nos vamos ahora a la iglesia de Getsemaní, situada junto al huerto de los olivos, lugar donde Jesucristo se retira a meditar solo unos momentos, donde tiene las últimas dudas, donde la angustia y el miedo por lo que está por venir, le hacen sudar gotas de sangre y donde finalmente acepta la situación con un resignado: “hágase tú voluntad, Padre”








Este es uno de los olivos de ese huerto. ¿Sabíais que los Olivos, cuando mueren, tienen la facultad de regenerarse, de nacer nuevamente? Pues sí, es así. Este olivo de la foto, podría ser el nieto ó el biznieto del olivo que presenció todo lo acontecido esa noche.






 
Porque en este lugar, no sólo tuvo Jesús sus últimas dudas, sino que también fue el lugar donde fue traicionado por Judas y apresado por los soldados.








 Esta que véis abajo, es la iglesia de Getsemaní y arriba podéis ver una bonita iglesia ortodoxa rusa.


Nos vamos. Ahora nos dirigimos al interior de la ciudad amurallada, concretamente a la ciudad antigua. Vamos a recorrer sus calles, donde podréis observar su limpieza y casi podréis sentir su tranquilidad a partir de las imágenes con escenas cotidianas, que a mí al menos, me transmite mucha paz....ahí van.
























  





¿qué, os ha gustado? la mayoría de las personas que andaban por las calles, eran turistas, por lo demás era un día muy tranquilo, pues era viernes y era festivo, no sé para qué religión en concreto, creo que los musulmanes. Es curioso que aquí, los horarios de las tiendas y negocios, van en función de los días de liturgia que tenga cada religión. Los viernes musulmanes (creo), los sábados judíos y los domingos, cristianos. Muchos negocios, si tienen que cerrar para sus oraciones, cierran para volver a abrir después. Pero en general, los horarios de oficinas, colegios y demás terminan sobre las 6 de la tarde.

Cuando paseas por las calles de la ciudad antigua, se nota que es monopolio judío, hay símbolos y señales de ello por todos lados, aquí os paso algunas fotos donde lo podeis apreciar.





 







Esto que veis aquí, se supone que es la tumba del Rey David para muchos judíos, que no para todos. Me sorprendió la cutrez del lugar, pues si se supone que es la tumba de David, el reducido y abandonado habitáculo, no le hace gala en absoluto a quien fue un Rey tan importante. La estancia como os decía es muy reducida y además está dividida, para que por un lado entre los hombres y por otro las mujeres. No se si podeis observarlo, es la cortina azul lo que hace de separación entre las dos partes. Sorprendente ¿no creeis?






Esta es una estatua del Rey David. Creo que es la estatua más desgraciada del mundo porque los judíos no creen en las representaciones de figuras, y todos los fines de semana esta “pobrecita” aparece siendo victima de algún sabotaje ó de algún atentado por parte de los indignados judíos que le hacen todo tipo de barrabasadas...se orinan en ella ó la pintan de colores. 




 


Fijaos, otro enorme símbolo judío. Para que os hagáis una idea  de la cantidad de vigilancia que tienen, sobre todo, en la zona donde ahora nos dirigimos que es el muro de las lamentaciones, que se permiten el lujo de dejar este enorme candelabro de oro expuesto en plena calle. Alucinante.


Bueno, pues después del paseo por las calles de la ciudad antigua, llegamos al corazón de la misma, llegamos a la plaza donde se sitúa el muro de las lamentaciones. Aquí, más que contaros, os  ilustro con imágenes, para tratar de transmitiros el ambiente, el ajetreo calmado que allí se vive a diario 


  Ahí lo tenéis. El muro es la pared del fondo tapada por esa pasarela que veis a la derecha.



Aquí un soldadito, metralleta incluida, haciendo un "break" junto a una relajada turista que descansa sin ninguna preocupación por tener a un soldado a su lado metralleta en mano. Esta es una de las contradiciones que os comentaba de esta ciudad, que a pesar de ser ciudad de paz, está amarda por todas partes, pero curiosamente no sientes en ningún momento miedo alguno.





Aquí veis a los compañeros del soldadito, preparándose para el cambio de turno.




 Esta es la parte del muro exclusiva para las mujeres, por supuesto es la parte más pequeña, así que se tienen que apelotonar unas con otras para poder rezar. ¿Véis en las grietas de la piedra, los papelitos con las peticiones de la gente? ¿están perfectamente incrustados, verdad? Parecen parte de la piedra ya. Después de hacer esta foto, por supuesto, busqué mi sitio, oré, escribí y dejé mi propio papelito, como debe ser. Es espectacular cómo siente la fe esta gente, pues en el sitio donde yo me puse no había mujeres turistas, eran ”lugareñas”. Su actitud para el rezo era bien diferente de las demás. No sólo pegaban las manos a la piedra, sino también el cuerpo entero con la frente en contacto directo con ella y las dos manos abiertas como si quisieran traspasar el muro, como si estuvieran rogando con todo su cuerpo ser escuchadas por Dios. Susurraban sus plegarias, sus rezos, en una actitud, yo diría casi desesperada, pues acompañando al rezo, le seguían las lágrimas. Era conmovedor y chocante al mismo tiempo, pues no me puedo imaginar una manera tan intensa de sentir y vivir una religión.





En esta foto, podeis apreciar la separación de la parte de los hombres y las mujeres. Aparte de ser mucho más pequeña la de ellas, no tienen ni mucho menos las mesas, manteles, libros y todo esta infraestructura que tienen los hombres. Para ellas, sólo hay pared, nada más...ni sillas, ni nada de nada.




 Más imágenes de la vida cotidiana de los alrededores del muro de las lamentaciones.


 Como jerusalem tiene mucho que contar y para no hacer el artículo demasiado largo, aquí termino esta primera parte. En la segunda parte visitaremos parte del via crucis de Cristo, el Santo Sepulcro y nos iremos a Belen a visitar la iglesia de la anunciación.
 










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