Tal y como comenté en el artículo
anterior, Rumanía está llena de lugares que son en sí mismos prueba de vida y
muerte de uno de los personajes más importantes y heroicos de Rumanía, si no el
más famoso a nivel internacional. Se trata del Voivoda (príncipe) Vlad Tepes,
de la orden de los “Draculea” y que dio lugar, gracias a Bram Stoker al
personaje de terror más famoso de todos los tiempos: DRÁCULA.
Para entender bien al personaje
literario, antes hay que conocer un poco al personaje histórico y creo que lo
primero que tengo que hacer es tratar de explicar por qué Vlad Teples que fue conocido como “el
empalador”, es considerado un héroe en esta tierra, cuando sus prácticas de
tortura le definirían más bien como un tirano - dictador que como un héroe:
Los historiadores que definen a Vlad III
el Empalador como un héroe nacional destacan que, en aquel tiempo y lugar, el
ejercicio del terror total era la única manera de mantener a raya a las fuerzas
abrumadoramente superiores que, desde uno y otro lado, se disputaban las puertas
de Europa y de Asia. Desde esta perspectiva, Vlad Ţepeş habría sido simplemente
un hombre de su tiempo, con la moral de su tiempo e incluso dotado de un
sentido de la justicia y el patriotismo poco usual para una época tan convulsa,
quien hizo estrictamente lo necesario para acobardar a los masivos ejércitos
extranjeros y a los desestabilizadores del interior.
Así en 1976, el gobierno comunista de
Nicolae Ceauşescu lo declaró Héroe de la nación al cumplirse el V Centenario de
su muerte. Se han realizado infinidad de películas sobre el personaje pero casi
siempre desde la perspectiva del vampiro y no de su biografía real durante todo
el siglo XX. Existe una película rumana "Vlad Ţepeş" de 1979 que sí
es histórica, dirigida por Doru Năstase sobre un guion de Mircea Mohor, donde
Ţepeş es presentado como un héroe nacional.
Tanto en la literatura como en el cine,
este personaje fue el modelo del género de terror y del vampirismo, gracias en
parte a las prácticas de tortura que realizaba, ya que se dice que bebía la
sangre de sus víctimas en copas mientras comía delante de los empalados. Su
sádica personalidad fue tomada por Bram Stoker como modelo para su obra
Drácula, escrita en 1897.
En fin, abordaremos la biografía de Vlad
Tepes al final de este artículo, porque primero vamos a recorrer algunos de los
lugares donde este personaje por un motivo o por otro, tiene una marcada
presencia.
CASTILLO DE BRAN
...Buenos
días! Hace un día precioso y soleado, pero tremendamente frío, así que abrígaos
bien. Hemos salido muy temprano en autobús en dirección al castillo de
Bran...el castillo que según dicen fue la inspiración de Bram Stoker para
situar a su personaje de Drácula en su famosa novela. Bueno, hemos hecho una
pequeña paradita antes de llegar, pero ya tenemos la imagen del castillo al fondo
del paisaje...aquí lo teneis
El castillo Bran (situado en Bran, provincia de Brasov) fue construido encima de una roca en 1377 para proteger los alrededores
incluyendo la ciudad de Brasov (a unos 42 kilómetros de aquí) de invasiones.
Este castillo, se encuentra situado en la frontera de Valaquia y Transilvania y
pese a que fue el castillo que inspiró
el lugar de residencia de Drácula, sin embargo, el personaje histórico en el
que está basado, Vlad Dracul, casi no estuvo aquí nunca, ya que él como
príncipe de Valaquia tenía otro lugar de residencia y este castillo al estar en
la frontera de su principado, no era muy frecuentado por él.
Bueno, ya
hemos llegado...estamos subiendo por un camino que nos conduce al castillo y a
la entrada, a los pies del mismo nos encontramos con esto. Bonita y tétrica
cruz, no creéis? Se dice que esta cruz sale en la película de Coppola. Bueno ya
hemos entrado y lo primero que nos encontramos es un pequeño patio interior
alrededor del cual se distribuyen las habitaciones y las torres.
Aquí tenéis más imágenes del castillo
Como os dije, este castillo era una
fortaleza de defensa, situada en la frontera entre Transilvania y Valaquia,
aunque el castillo está situado en Transilvania. Esta que veis es una vista
desde una azotea del castillo...imagínaos la cantidad de terreno que podían
vigilar desde aquí arriba...cuántas batallas, cuántas guerras habrán tenido
como testigos estos montes, esta fortaleza.
Después de la primera guerra mundial, se
firmó un tratado por el cual, La región de Transilvania fue cedida al reino de
Rumanía, por lo que este castillo pasó a manos de la administración rumana, en
concreto al pueblo de Brasov, que digamos era la capital de esta región. En ese
mismo año, en 1920 después de la firma del tratado, el pueblo de Brasov cede ó
regala el castillo a la reina María de Rumanía, la cual se instala en él y
haría de éste su residencia. A la muerte de ésta, el castillo pasa a manos de
su hija la princesa Ileana (creo que era así el nombre) que también lo
convierte en su casa.
…..jajajjajajaja!...qué le vamos a hacer,
algunas veces se sale bien en las fotos y otras, mejor borrarlas ó tirarlas. Pero
esta foto me gusta a pesar de los pesares, que pensais?..es original, verdad?
Después de este momentito divertido,
nos ponemos serios, again...
Cuando el comunismo llega al poder, el
castillo es incautado y pasa a ser mal gestionado y mal conservado por los
comunistas, hasta que ya en los años ochenta coincidiendo con la revolución
rumana, es recuperado. Pero no sería hasta el 2006 cuando es devuelto a su
propietario, el único hijo y heredero de la princesa. El hijo intentó venderlo
en una ocasión a una persona privada, pero no se llegó a ningún acuerdo, así
que ahora lo tienen abierto para el turismo y lo gestiona la administración
rumana que llegó a un acuerdo con el heredero.
Bueno, nos despedimos ya del castillo de
Bran, echándole una última visual.
Isla de Snagov
Nuestra próxima parada es la isla de Snagov. ¿Y qué tiene de
especial, esta isla? Preguntábamos...Bien, es una isla situada en medio de un
lago que acoge un pequeño monasterio, hoy regentado por ortodoxos
griegos. Este monasterio además es conocido como el lugar donde se encuentra
LA TUMBA DE VLAD III....Vlad Dracul....Vlad Tepes...por fin! Realmente estaba
ansiosa por saber más sobre este misterioso personaje.
A medida que
nos acercábamos a nuestro destino, mi curiosidad iba en aumento. Mientras
tanto me entretenía mirando el paisaje. Ibamos dirección a Bucarest, nos íbamos
adentrando más hacia el interior del país, dejando atrás el paisaje boscoso y
montañoso que nos había acompañado hasta ese momento...de repente todo se
volvió llanura, el paisaje y los pueblos que atravesábamos se volvieron pobres,
feos, fríos y duros. Atravesábamos quizás la Rumanía más profunda y dejada, la
Rumanía que parecía vivir aún con la pesadez del yugo comunista, con sus gentes
apáticas y grises que parecían “tirar” de sus vidas al caminar. En estos
pensamientos me hallaba, cuando fui sacada de mi ensimismamiento por el guía
que nos comunicaba que nos acercábamos al embarcadero...volví a centrarme en
Drácula.
La verdad es
que no podía evitar sentir un pequeño escalofrío al pensar en este personaje,
ya fuera el ficticio ó el real. Los dos me parecían ser igual de
aterradores...ese pequeño escalofrío que sentía, de pronto aumentó de
intensidad, al percatarme de que el sol y la luz de pronto desaparecieron, el
paisaje se tornó tétrico a más no poder, porque empezamos a ser engullidos por
una llanura de árboles inmensa y por una neblina fantasmagórica...pareciera
como si la naturaleza supiera el tipo de “huésped” malévolo que habitaba en las
entrañas de estas tierras y quisiera participar montando la escenografía
apropiada para recibirnos y ayudar a que nos ambientáramos....no sé, vosotros,
qué opináis?
Aquí está el monasterio...y ésta la tumba
Vlad Tepes, después de ser apresado por
los turcos, no se sabe muy bien por qué, fue liberado. Inmediatamente, se unió
a la lucha contra los turcos invadiendo Valaquia y recuperando así su trono,
pero sus aliados regresaron a sus lugares de origen, dejándolo en una posición
bastante débil frente a sus enemigos. Tanto es así que pocos días después, fue
presa de una emboscada en la que murió. Los turcos, para llevarse a Estambul
una prueba fehaciente de su hazaña, le separaron la cabeza del cuerpo,
llevándose con ellos sólo su cara y su cabellera.
Siempre se ha considerado la isla de
Snarov como el lugar de enterramiento de Vlad Tepes, más que nada porque en
este monasterio se encuentra una tumba junta al altar con el nombre de Vlad
Tepes III. Esta tumba fue abierta y en su interior sólo se encontraron huesos
de animales. Probablemente, una explicación para esto sea que como este
monasterio pasó a manos de monjes ortodoxos griegos, no querían, quizás, que un
personaje tan cruel y sanguinario presidiera el lugar más sagrado de su
iglesia, así que lo cambiaron de lugar, sacaron sus restos y lo enterraron en
otra tumba junto a la entrada. Pero esta tumba parece ser que se derrumbó por
una riada y los restos del voivoda (príncipe) se perdieron en el lago. Se saben
que eran sus restos porque aunque al abrir la tumba, ésta aparecía vacía, unos
restos humanos aparecieron a unos metros. Se trataba de un cadáver decapitado y
vestido con ropas propias de un “voivoda”
Este es el sacerdote que lleva el
monasterio, que como veis sólo puede ser alcanzado en barca.
El encontrarnos visitando la tumba de este
"inquietante" personaje, fue la excusa perfecta para sacar el tema de
Vlad Tepes y su relación con el personaje literario de Drácula. En opinión de
nuestro guía, el personaje de Drácula de Bram Stoker, poco ó nada tiene que ver
con el príncipe medieval que nos ocupa, si no fuera por sus sangrientas
prácticas de la que solía hacer uso y que antes os he comentado. Aunque esto de
beber sangre mientras observaba a sus víctimas, es una leyenda, ya que no hay
nada documentado con respecto a esto. Pero sí hay documentadas otras prácticas
que realizaba y que os comento más adelante.
Esta y otras leyendas, podrían haber sido el nexo de unión, en relación al gusto por la sangre que compartirían ambos personajes, pero como os comento, sólo son meras suposiciones. También se decía, ahora que recuerdo, que una prima de Vlad, gustaba de bañarse en sangre, preferentemente, de mujeres vírgenes, como tratamiento para el cuidado de su piel...digamos que sería la versión rumana de la egipcia cleopatra y en vez de con leche, en esta ocasión con sangre...otro sangriento nexo de unión.
Como en tantas ocasiones me había ocurrido, el guía al comentar esto, abrió...destapó "el tarro de mi curiosidad" y así, al llegar a casa, comencé a documentarme algo más sobre este hombre que se había convertido, de repente, en alguien completamente diferente a como yo me lo había imaginado, pero que sin embargo, seguía produciéndome aún una inevitable mezcla de interés, curiosidad, temor y misterio, imposible de ignorar. Así que, me puse a ello...
Vlad III "El empalador", en rumano, Tepes, nació
en una pequeña localidad llamada Sighisoara, en la región histórica de
Transilvania. Uno de los tres hijos legítimos de Vlad Dracul (para los rumanos,
según nuestro guía, la palabra Dracul, signifca demonio...ellos no entendían
que el símbolo del dragón, no era lo mismo que el símbolo del diablo. Esto
viene a colación porque Vlad Tepes, también era conocido como Dracúlea, y
como según he leído por ahí, en rumano el sufijo "ulea" significa
"hijo de". Con lo que si juntamos el hecho de que la palabra
Drac significa diablo, junto con este sufijo, vendría a ser: Vlad "el hijo
del diablo"..."Dracúlea"...aquí tenemos otro nexo, con el nombre
del personaje literario.
El padre de Vlad, fue aceptado en la orden del dragón, creada por el rey de Hungría. Este último, para recompensar a los nobles que habían luchado contra los otomanos, regaló tierras en la región de Transilvania, que por aquel entonces, pertenecía a la corona húngara. El padre de Vlad III, Vlad II Dracul, fue uno de los beneficiados, por sus actos heroicos.
Para empezar e entender, algo, la crueldad de Vlad Tepes, hay que remontarse a su infancia cuando ya desde muy pequeño, sufrió en sus propias carnes, los efectos de la guerra, de la opresión de los turcos, en su incansable afán por conquistar estas tierras, por conquistar occidente, en definitiva.
El padre de Vlad, fue aceptado en la orden del dragón, creada por el rey de Hungría. Este último, para recompensar a los nobles que habían luchado contra los otomanos, regaló tierras en la región de Transilvania, que por aquel entonces, pertenecía a la corona húngara. El padre de Vlad III, Vlad II Dracul, fue uno de los beneficiados, por sus actos heroicos.
Para empezar e entender, algo, la crueldad de Vlad Tepes, hay que remontarse a su infancia cuando ya desde muy pequeño, sufrió en sus propias carnes, los efectos de la guerra, de la opresión de los turcos, en su incansable afán por conquistar estas tierras, por conquistar occidente, en definitiva.
Vlad, junto con su hermano Radu, fue entregado como rehén a
los turcos, por su padre, como muestra de sumisión y como garantía de
obediencia al sultán turco. Fue criado y educado por los turcos, teniendo como
compañero de juegos y de estudios, al mismísimo hijo del sultan, que lo
consideraba como un hermano. Años más tarde, dejarían de ser
"hermanos" para convertirse en enemigos irreconciliables.
Después de su "reclusión" de años, Vlad volvió a casa, para reencontrarse con su familia y allí se enteró de que su padre había sido asesinado, le habían matado a palos y a su hermano, le habían quemado los ojos con un hierro incandescente, antes de enterrarlo vivo. Los artífices de estos macabros hechos, habían sido un antiguo aliado del padre y los boyardos (la aristocracia local). Desde entonces, Vlad tuvo odio eterno a los boyardos y al "aliado" de su padre.
Después de su "reclusión" de años, Vlad volvió a casa, para reencontrarse con su familia y allí se enteró de que su padre había sido asesinado, le habían matado a palos y a su hermano, le habían quemado los ojos con un hierro incandescente, antes de enterrarlo vivo. Los artífices de estos macabros hechos, habían sido un antiguo aliado del padre y los boyardos (la aristocracia local). Desde entonces, Vlad tuvo odio eterno a los boyardos y al "aliado" de su padre.
Como véis desde muy joven, Vlad convivía con el odio y la
crueldad de una manera habitual. A partir de aquí, empezó a guerrear. Primero
para vengarse de los asesinos de su padre, con el apoyo de los turcos que lo
convirtieron en voivoda de Valaquia y después para gobernar y proteger sus
tierras de los propios turcos.
La primera parte del reino de Vlad estuvo dominada por la
idea de eliminar amenazas a su poder, especialmente de grupos de nobles, como
los boyardos.
Fue despiadado y en las ciudades donde no lo aceptaban se
realizaban ejecuciones por empalamiento de hombres, mujeres y niños, como en
los casos de la ciudad transilvana de Kronstadt (Brașov) y Hermannstadt
(Sibiu), ambas ciudades habitadas por colonos alemanes que no querían comerciar
con él o que no querían pagarle tributo. En 1459 hizo que 30 000 colonos
alemanes (sajones) y oficiales fueran empalados.
Con ello iniciaría su carrera de brutales masacres, entre
las que se le atribuyen el exterminio de entre 40 000 y 100 000 personas entre
1456 y 1462, hechos detallados en documentos y grabados de la época, que
pusieron de manifiesto su gusto por la sangre y el empalamiento, por lo que se
le comenzó a llamar Țepeș que significa en rumano: empalador .
Una de sus acciones de empalamiento masivo fue en su
venganza contra los boyardos, asesinos de su padre y de su hermano mayor. Vlad
llevó a cabo esta venganza en la Pascua de 1459, invitando a los boyardos a una
gran cena de Pascua y pidiéndoles a éstos que se pusieran sus mejores galas.
Cuando terminaron de cenar, Vlad mandó empalar a los más viejos, mientras que a
los jóvenes los obligó a ir desde Târgovişte hasta un castillo en ruinas que
había en un monte cercano al río Argeş. Los boyardos fueron a pie y muchos
perecieron en el camino, pero los que llegaron aún con vida fueron obligados a
construir el castillo de Drácula y, así, sus preciosas ropas de gala quedaron
convertidas en harapos, mientras, obligados a construir el castillo, iban
muriendo de cansancio y agotamiento a lo largo de los meses ante el deleite del
Empalador.
A Vlad le gustaba organizar empalamientos multitudinarios con
formas geométricas. La más común era una serie de anillos concéntricos de
empalados alrededor de las ciudades a las que iban a atacar. La altitud de la
estaca indicaba el rango que la víctima había tenido en vida. Con frecuencia,
Vlad los dejaba pudriéndose durante meses. Un ejército turco que pretendía
invadir Valaquia se volvió atrás, aterrado, cuando encontró a varios miles de
empalados descomponiéndose en lo alto de sus estacas, a ambas orillas del
Danubio.
Luchó y descargó toda su brutalidad tanto contra cristianos
como contra musulmanes. Defendiendo lo que le convenía en cada momento, luchaba
contra aquél que le hiciera pagar tributos.
Tanto musulmanes como cristianos lo tenían por maldito,
quedándose él en una posición media, obligando a musulmanes de su país a luchar
contra los musulmanes turcos y a los católicos a matar ortodoxos.
Hay infinidad de textos que explican muchas de sus batallas
y de sus crueles prácticas, pero como son demasiado fuertes, sólo os voy a contar algunas anécdotas de la
vida de este personaje que resume perfectamente la dureza y frialdad de su
carácter:
Gitanos:
Un grupo étnico que para Vlad era improductivo y con el que
quiso acabar, fue el de los gitanos. Vlad reunió a los trescientos de una
comarca, mandó que asaran a los tres líderes para que los demás los comieran o,
a cambio, se alistaran al frente turco; si no, todos serían asados. Los gitanos
optaron por lo segundo.
Visita turca:
En cierta ocasión, se presentaron ante él unos emisarios del
Sultán procedentes de Estambul. Estos iban ataviados con sus ropas
tradicionales, entre ellas el turbante. Al presentarse ante él, Vlad les
preguntó por qué no le mostraban respeto descubriéndose la cabeza, y los turcos
respondieron que no era costumbre en su país. Vlad, ofendido ante tamaña
desfachatez, los devolvió a Estambul con los turbantes clavados a los cráneos,
para que nunca se los quitasen.
El comerciante:
Un comerciante se presentó en su castillo para denunciar que
le habían robado una bolsa de monedas de oro. Vlad le dijo que volviera al día
siguiente. Cuando el mercader retornó al día siguiente, los ladrones y todos
los miembros de sus familias estaban empalados en el patio del castillo. Frente
a ellos, Vlad en su trono y la bolsa robada. Entonces el Empalador le pidió al
comerciante que contara las monedas de la bolsa, para comprobar si faltaba
alguna. El aterrorizado extranjero las contó cuidadosamente y musitó
finalmente:
-Sobra una.
Vlad le contestó:
-Id con Dios comerciante, tu honradez te ha salvado. Si
hubieras intentado quedártela, habría ordenado que tu destino fuera el mismo
que el de tus ladrones.
Caravanas:
Unas caravanas de comerciantes alemanes en su ruta desde
Serbia hasta Hungría no pararon en Valaquia a comerciar con Vlad. Éste, al
enterarse de la falta de respeto hacia él y su pueblo, mandó capturar las
caravanas y asesinar a los 600 comerciantes que las componían exceptuando a
dos; a uno de ellos le sacó los ojos y al otro le cortó la lengua y los hizo
volver con las cabezas de los comerciantes a Serbia.
Los dos monjes:
Dos monjes fueron al castillo de Vlad. Cuando éste les
preguntó qué les parecían los empalamientos, uno de ellos respondió que hacía
muy bien en hacerlos pues era una misión divina castigar el crimen, mientras
que el otro lo condenó. Uno de los monjes fue empalado y el otro fue
recompensado. Según las versiones tradicionales rumana y rusa, premió al
honesto y empaló al que lo alabó.
Los monjes mendigos:
Cuando Vlad fue de visita a un pueblo de Valaquia, vio cómo
dos monjes le pedían limosna. El príncipe les preguntó que por qué pedían
limosna si podían vivir sin penurias colaborando en cualquier iglesia, y éstos
le respondieron que mendigando podrían saber si iban a entrar o no en el reino
de los cielos, a lo que Vlad sin más miramientos, les mandó empalar y les dijo
que así sus dudas quedarían resueltas de inmediato.
Puf! Menudo pieza ¿verdad? Después de investigar un poquito
en la vida de este hombre, llegué a la conclusión de que a pesar que en aquella
época las maneras de guerrear eran tan crueles, no deja de parecerme una
persona despiadada como ninguna otra. Además me produce bastante más temor el personaje
real que el literario, pues considero que el libro de Drácula, sangre aparte,
cuenta la historia de un amor verdadero, imposible, apasionado y que trasciende
los límites del tiempo por ser además, eterno...en fín, cada uno que opine a ver qué os parece. Espero vuestros comentarios.