viernes, 19 de julio de 2013

Jerusalem II

Antes de continuar con nuestro recorrido, quiero explicaros màs en profundidad còmo se distribuye la ciudad antigua de Jerusalem para que entendàis un poco mejor la complejidad de la misma y el por què de tantas luchas, enfrentamientos y odios.  

La ciudad vieja sòlo tiene una extensión de 0,9 km cuadrados, pero en su interior alberga el monte del templo y muro de las lamentaciones que no es otra cosa que un pequeño trozo de muro que contenía en su interior el templo de Herodes que se supone que albergaba nada màs y nada menos que las tablas de la ley de Moisès tan importante para los judíos. Pero donde se suponía que estaba situado este templo, ahora se encuentra la cúpula de la roca y la mezquita de Al-Aqsa fundamental para los musulmanes, por eso los judios veneran tanto el muro porque es lo único que les queda para poder sentirse màs cerca de tan sagrado lugar que ahora ocupa una religión ajena a ellos. En la foto que os ponía antes del muro, se puede observar la mezquita con su cúpula dorada. Ahí lo tenèis. 



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Cómo os decía antes, dónde véis esa cúpula dorada se erigía anteriormente a la llegada de los musulmanes, el templo más sagrado para los judíos. Un templo que fue erigido originalmente por el rey David. Su ubicación no fué una casualidad, ya que David quiso que se erigiera aquí, en el lugar donde según la tradición judia, Abraham quiso sacrificar a su hijo Isaac. Posteriormente fué el hijo de David, Salomón, el que continuó con la construcción del templo y la ampliación de las murallas.

Y por último y ya en época de la invasión Romana en Jerusalem, fué el rey Herodes el que recuperó y amplió el templo. El muro de las lamentaciones es lo que queda del templo desde la época de Herodes. El sancta santorum que albergaba este templo eran las tablas de la ley de Moisés. Al llegar los musulmanes, construyen justo encima de las tablas, la cúpula de la Roca, dejando a los judios fuera del acceso a las mismas.

Aparte de estas construcciones que os comentaba y que se sitúan en el barrio judío y árabe, otra de las contrucciones importantes que se encuentran dentro de estos 0,9kms. cuadrados es la iglesia del santo sepulcro, dentro ya del barrio cristiano. Es decir, la ciudad antigua de Jerusalem se divide principalmente en el barrio judío, el barrio musulman y el barrio cristiano. Hay otro barrio que es el armenio que a pesar de ser cristianos, se consideran independientes.

Así que, hasta el momento todo el recorrido que hemos hecho ha sido en el barrio judío. Vamos a visitar ahora el barrio cristiano, cuyo acceso está junto al muro de las lamentaciones. Este paso entre barrios, se realiza a través de un túnel y literalmente es como hacer un viaje en el tiempo, como una teletransportación hacia otra ciudad completamente diferente, ya que pasamos de un barrio limpio y silencioso a otro ruidoso y bullicioso. Aquí tenéis el túnel de separación entre barrios. Al final del túnel te reciben unos militares con armas y detectores de metales que controlan a cada paisano que quiera transitar entre ellos.




Mirad estas imagenes y comprobaréis el impacto que provoca pasar de un lado a otro.












Ya estamos en el barrio cristiano, a partir de aquí todo lo que te encuentras en sus calles son puestos de venta de recuerdos, grupos de gente siguiendo a su guía turístico que los lleva a toda prisa a visitar las distintas estaciones del vía crucis, para culminar en la iglesia del santo sepulcro. Con lo cual, el tratar de concentrarte en sentir que estas calles fueron testigo del último calvario de Cristo, se difumina bastante al ver a tantos turistas, peregrinos y lugareños en plena ebullición.

Como todo turista de crucero que se precie y yo no iba a ser menos, visitamos ahora a toda prisa algunas de las estaciones del vía crucis y que os explico a continuación.





Esta es la quinta estación. Como véis el número está tallado en la roca, prueba de que estas tallas vienen de épocas bastante remotas. La quinta estación es la de Simón de Cyrene, más conocido como Simón el Cirineo y que fue el que ayudó a Cristo a llevar su cruz. En este punto es donde se supone que Cristo cae al suelo y Simon le ayuda a levantarse  y seguir "con su carga".



Esta es la sexta estación, donde La Verónica limpia el rostro de Cristo.





Aquí vemos la séptima. Lugar de la segunda caída.

Ahora os paso algunas imágenes del barrio.






Nuestra siguiente parada es la Iglesia del Santo Sepulcro, situada en lo alto del monte Gólgota que posteriormente pasó a llamarse Monte del Calvario. Dentro de ella se encuentra el lugar de crucifixión de Cristo, la piedra donde lo limpiaron y le ungieron y el sepulcro donde fué enterrado y dónde posteriormente resucitó.

Haciendo un poquito de historia, cuando Jerusalem fue destruida por los romanos, los evangelistas huyen de la misma, no sin antes dejar por escrito en los Evangelios el lugar de crucifixión y enterramiento de Cristo. Ambos lugares, el monte Gólgota y el lugar de enterramiento, estaban a pocos metros de distancia, situándose enmedio la piedra donde lo ungieron. Estos lugares que han sido confirmados por los arqueólogos, se situaban en una cantera de piedra. La tumba era propiedad de un rico judío seguidor en secreto de Jesucristo que se llamaba José de Arimatea que la cede para que lo entierren en ella.

Una vez que la ciudad cae en manos de los romanos, construyen en este lugar un templo pagano de culto a la diosa Venus, hasta que posteriormente la emperatriz Elena, madre de Constantino, adheridos ya a la fe cristiana, decide emprender la búsqueda de la tumba de Cristo. Así que derriban el templo de Venus y aparecen tres cruces. Según la leyenda se sabe que una de ellas era la "Vera Cruz" porque al tocarla producía milagrosas curaciones y las otras dos no.

Bueno, después de haberos resumido mucho la historia, volvemos a la iglesia del Santo Sepulcro, la cual está regentada por Armenios, cristianos ortodoxos, greco-ortodoxos, y cristianos católicos entre otros. Hay unas 11 congregaciones que llevan la gestión de la iglesia y ninguna puede hacer nada sin el consentimiento de las demás. Tanto es así que en la foto de la fachada de la iglesia que os paso más abajo, se ve una escalera de madera situada en una ventana, ¿la véis?...pues esa escalera lleva ahí nada menos que siglo y medio porque son incapaces de ponerse de acuerdo en quién tiene la autoridad para retirarla. Esto suena un poco a chiste y gracioso, sino fuera porque en algunas ocasiones estas congregaciones han llegado incluso a las manos incapaces de llegar a entenderse, curioso.





Entramos ya en la iglesia y nuestro primer punto de visita, siguiendo un orden cronológico, es el lugar de crucifixión que es la zona más alta y para llegar hay que subir unos tramos de escalera, no en vano este punto estaría situado en lo alto del monte Gólgota








En la foto de arriba se aprecia el altar, todo ello hecho de oro y plata al más puro estilo ortodoxo y debajo del altar está el lugar exacto donde se situaba la cruz, tapado por un cristal y rodeado de plata. La gente se arrodilla para tocar y orar. 

Aquí tenéis más fotos, dónde podéis observar más detalles del altar. Fijaros cuanta riqueza.







El siguiente punto es la piedra del ungimiento. El lugar donde después de descender a Cristo de la Cruz, se le limpió y se le ungió para enterrarlo. Este punto es lo primero que se ve al entrar en la iglesia, pues está justo enfrente de la misma. La verdad es que sorprende mucho, porque no te esperas en absoluto encontrarte con esto tan de repente.







Me costó muchísimo hacer fotografías, porque este lugar está abarrotado de gentes que se arrodillan, tocan, besan, oran, y lloran con tanta desesperación en algunos casos que acongoja. Muchas personas se traen fotografías de familiares, también objetos personales de los mismos para frotarlos contra la piedra en una espera desesperada de conseguir que esos familiares se curen de enfermades terminales. Así que yo diría que es el lugar más solicitado de la iglesia. Nuestro guía nos comentaba que Juan Pablo II cuando visitaba la piedra y veía estos comportamientos se ponía de los nervios, pues no soportaba ver estos actos fanáticos que según él no se correspondían en absoluto con el ejercicio de la fé cristiana.

El último punto de visita es la tumba de Cristo que está situado dentro de una edificación redonda que según la tradición fué construida por la emperatriz Helena. Dicen que la tumba en realidad no la ves porque está totalmente revestida de mármol. Y digo dicen, porque nosotros no pudimos entrar por varias razones. La primera porque se forman unas colas de horas de espera y segundo porque los peregrinos que vienen hasta aquí tienen reservada su visita con meses de antelación y tienen preferencia, por supuesto.

No obstante os paso algunas fotos desde fuera del lugar de la tumba de Cristo.














Esta es una pequeña abertura de la tumba. Como se puede observar, dentro hay muy poca luz, sólo iluminada por velas. Como véis también, la tumba está custodiada por monjes ortodoxos que controlan continuamente a los peregrinos y visitantes.

Si no podéis entrar a visitar la tumba, podéis no obstante, visitar el resto de la iglesia que contiene capillas y rincones para admirar por el arte y la riqueza que ostentan.

Espero finalmente que os haya gustado esta visita por la ciudad antigua de Jerusalem. De aquí partimos para visitar la iglesia de la Natividad que se encuentra en Belen, población situada a escasos 1 ó 2 kilómetros de Jerusalem, pero bastante más alejada no por motivos geográficos, sino por motivos históricos y culturales, ya que se encuentra en territorio Palestino.

Resulta muy curioso que a 1 kilómetro de Jerusalen tengas que pasar una frontera y entrar en otro país y otra cultura tan diametralmente opuesta. Al llegar a este enclave, nuestro guía al ser judío, tuvo que apearse del autobús y abandonarnos pues tenía prohibida la entrada. Fijaros bien en la frontera, en esos muros que separan a estas dos culturas y que tanto odio y división han generado. Esta es la representación física de esa separación y de ese odio que para nosotros en la distancia nos es tan ajeno. Mirad.



Cuando llegas aquí y ves a tantos soldados y tantas medidas de seguridad, sientes auténtico miedo y una infinita tensión y una vez que pasas esas puertas ya no te relajas y te sientes incómoda en todo momento.

Al entrar en Palestina, se nos une un guía palestino para enseñarnos la iglesia de la Natividad y aquí permitidme que comparta con vosotros mis quejas y mi más absoluto rechazo por el comportamiento del mismo. Lo primero es que este señor apenas sabía hablar español. Lo segundo que hizo como manda la tradición, fue llevarnos a una tienda (donde por supuesto se lleva su comisión) para que comprásemos souvenirs, perdiendo un tiempo precioso. Tiempo que no teníamos. 

Al llegar a la iglesia de la Natividad, lejos de explicarnos un poco de historia, leyendas o lo que sea, se puso a charlar con sus colegas tan ricamente, dejándonos en la cola para la visita del lugar donde se supone que nació Cristo. En este punto, en esta espera, es donde se produjo uno de los momentos más tensos del viaje.

Cuando viajas en un crucero, al llegar a puerto, tienes que organizarte muy bien el tiempo porque el barco tiene una hora de salida y a esa hora se va y no espera por nada ni por nadie, ya que cualquier retraso le supone un gran desembolso a la naviera. Es por esto que cuando llegamos a la iglesia de la Natividad y ver la inmensa cola que había para ver el pesebre, algunos de los grupos de nuestro barco decidieron irse y volver al mismo para no pasar apuros. Nuestro grupo, después de una tensa discusión, (yo incluida) decidimos quedarnos aunque no fuera partidaria de ello, pero se hizo una votación y tuve que acatar el resultado.

El problema era que la cola se movía desesperadamente lenta y sólo pensar que para volver teníamos que pasar una frontera y después un viaje de unos 3 cuartos de hora para llegar al puerto, me tenían bastante preocupada, pero no podía hacer nada. Así que decidí tratar al menos, de disfrutar de la visita. Os paso un par de fotografías del interior de la iglesia, que la verdad he de deciros que viendo las muchas lámparas de colores rojo y azules que colgaban por toda la estancia, me recordaba a un arbol de navidad gigante. Aunque en la foto, me temo que no se aprecia mucho.





Seguimos esperando en la cola, pero de repente, supongo que por lo tarde que se estaba haciendo, la gente empezó a moverse bastante rápido, tanto es así que cuando llegó nuestro turno de entrar en la famosa gruta, un señor empezó a agitar las manos diciéndonos que corriésemos y esto es lo único que pude ver.







Era el colmo de los colmos. Resulta que el lugar es una pequeña gruta a la que accedes por un lateral. Al llegar al centro de la estancia se ve este pequeño  altar y en el suelo una estrella de plata que se supone que indica el lugar donde estaba Jesús y a ambos lado de la estancia unos cuvículos donde se situaban el buey y la mula...Me pareció una auténtica tomadura de pelo. Tienen "el negocio" tan bien montado para sacar el dinero a los turistas que en absoluto me creí nada de todo lo poco que vi, la verdad. Fué una gran decepción.

Después de esto y cuando creí que nada más podía ocurrir puesto que ya volvíamos al barco, resulta que se forma un atasco espectacular en la frontera para salir de Palestina, porque estaban haciendo registros en todos los vehículos que estaban delante nuestra. Otra espera y por cierto, otra vez bastante lenta. Veíamos a lo lejos a los soldados, metralleta en mano, registrando minuciosamente el interior de los coches y chequeando los papeles con absoluto rigor. No llegamos, pensaba, es imposible. Aunque mi mayor preocupación era salir de Palestina, con eso me conformaba.¡ Quería salir de ese lugar ya!

Al fin, llega nuestro turno que bien, pensé. Como somos turistas no habrá problema, nos dejaran pasar. Nada más lejos de la realidad. Nos pararon. Pidieron al conductor que abriese el maletero, lo registraron, después subieron al autobús dos chicos que os aseguro, no tenían más de 18 años. Eran israelíes. Recorrieron todo el autobus con las metralletas rozándonos las sienes de todos los que estábamos en los asientos de pasillo. Después de un rato de pasearse de arriba a abajo, decidieron bajarse y darnos paso. Salimos de allí rumbo al puerto. 

He de deciros que llegamos tarde. El barco ya tenía las chimeneas funcionando y al subir, todo el pasaje estaba ya preparado para la cena. ¿Que por qué nos esperaron? Pues supongo que porque eramos un autobús entero y eramos muchas personas..no lo sé. El resultado para mí después de toda aquella tensión, fué una  jaqueca espectacular.















martes, 16 de abril de 2013

JERUSALEM I



Hoy voy a contaros el que ha sido para mí, el destino más importante de todos cuanto he realizado en cuanto a emociones y sensaciones, el lugar que ha sacado mi parte más sensible, poniendo en guardia a la mayoría de  mis sentidos: vista, oido, olfato, y gusto.  Este destino es, JERUSALEM

Vista porque es un lugar que mediante la observación, me ha inspirado mucho a la hora de fotografiar sus rincones y sus gentes, pues las fotografías más que de lugares típicos y famosos, son fotografías de detalles, de pedacitos, de momentos captados en la vida diaria de esta preciosa ciudad que se llama Jerusalem.

Oído porque a pesar del mucho tráfico que tiene, es un lugar muy silencioso, sobretodo el casco antiguo. Un silencio que te transmite mucha calma, mucha paz. Hasta en lo lugares más multitudinarios, como en la plaza donde se sitúa el muro de las lamentaciones, donde hay mucha más actividad, lo notas. Notas ese ruido silencioso. Es como si hubiera en la atmósfera, una campana que amortiguara el exceso de ruido y lo fliltrara devolviéndolo aplacado y uniforme.

Olfato. Jerusalem, tiene un olor dulzón, pero sobretodo huele a olivo, a kebab y a pan recién hecho...pan, que te encuentras en cualquier rincón de la ciudad expuesto para que lo admires, lo huelas y lo comas, pues llama mucho la atención, (es un pan de color oscuro, crujiente y recubierto por semillas de sémola).

Gusto. Precisamente fue el pan con lo que me quedo en cuestión de sabor, pues a pesar de que degustamos comida típica de Israel, lo que más me llamó la atención fué el sabor de este alimento tan indispensable y a la vez tan importante para algunas culturas que tienen en este punto geográfico, el origen de su fe.

En definitiva, fue una auténtica experiencia para mis sentidos.

Visité Jerusalem en el transcurso de un crucero que nos llevó por Egipto, Israel y Grecia. Veníamos de visitar El Cairo y al llegar a Israel, nada más bajarnos del barco y subirnos al autobús, pude....empecé a notar la diferencia abismal de estos dos mundos tan opuestos, pero a la misma vez tan unidos por cuestiones de historia como son Egipto e Israel. Venía de Egipto de conocer como es su vida cotidiana con su caos, con su vida ajetreada, con sus calles sucias y lugares mal olientes, con sus vendedores ambulantes avariciosos rayando la mala educación y la grosería y de pronto me encuentro en un país limpio no,... impoluto!

Un país donde a pesar de la cantidad de tráfico y de coches existente, pues nos comentaba el guía que el israelí coge el coche para ir a la esquina de la calle, la gente vive con una tranquilidad alucinante...no existe el stress en (no voy a decir Israel porque no lo conozco entero) Jerusalem. Puedes salir a cualquier hora del día a la calle solo ó acompañado que no ocurre absolutamente nada, nos explicaba el guía, y realmente lo sientes así cuando estás caminando por sus calles. Hay mucho silencio, nadie grita, son respetuosos con los demás, nadie te asalta para que le compres pues no existe la venta ambulante. Todo lo que quieras comprar lo haces en sus lugares correspondientes, como debe ser. Las calles están limpísimas, no verás ni un papel en ellas.

Al llegar a esta ciudad y comenzar a recorrerla,  pude notar que dentro de Jerusalem hay muchas Jerusalenes y no me refiero a esto por las zonas turisticas ó históricas, no, me refiero a cosas no palpables, a las conclusiones que llegué por las palabras del guía cuando estaba tratando de explicarnos la vida, la historia y el carácter de este país y de esta ciudad.

Estas son las distintas Jerusalenes que encontré:

Jerusalem contradictoria, pues es llamada la ciudad de la paz, pero en 3.000 años de historia, no ha tenido ni un solo día de la misma. Ciudad odiada y venerada al mismo tiempo, ciudad moderna y milenaria, ciudad plagada de misticismo y religión, pero armada hasta los dientes, ciudad que de cara al mar es un vergel, pero que a su espalda es un desierto...el desierto de Judea.

Jerusalem multicultural y de la variedad. Es la única ciudad, dentro del volcan a punto de estallar que es oriente próximo, donde puedes ver convivir y trabajar juntas a personas de diferentes religiones y culturas, así, en el autobús que nos llevaba, el conductor era musulman, de piel oscura y rasgos árabes y el guía que iba a su lado, judío, de piel blanca y raza aria...curioso. Un país, que tiene pueblos donde de una calle a otra pasas a barrios, viviendas y colegios de, nuevamente, una religión y cultura diferentes completamente y que sin embargo, conviven y se respetan, no sin dejar de mirarse de reojo los unos a los otros.Solo aquí puedes visitar en el mismo edificio tres lugares sagrados: en una planta la tumba donde muchos judíos creen que se encuentran los restos su Rey, de David. En otra planta, se encuentra el lugar donde Cristo celebró la última cena y en este mismo lugar, se encuentra ó se encontraba una mezquita. Y finalmente ver la variedad de gentes, las diferentes ramas de un
mismo tronco que se elevan, se bifurcan y se cruzan hasta límites insospechados.

Nuestro guía trató de resumirnos lo más posible "la ensalada" de gentes que hay formada por estas tierras. Fue una explicación muy por encima, pues nos dijo que a parte del tiempo que no teníamos, si se ponía a explicarlo más extensamente, podríamos quedar mucho más confusos que al principio....vino a decir lo siguiente: Todas las personas que viven en Israel, son Israelitas, son ciudadanos de Israel. Esto incluye a Judios, árabes, cristianos católicos, cristianos ortodoxos...etc. Ahora bien, dentro de los árabes, los hay judíos, musulmanes e incluso crsitianos también, pues es cierto que tendemos a relacionar a lo árabe con lo musulman y esto es un error por nuestra parte...pero! y esto es lo que me terminó de confundir del todo, todos los árabes se consideran por cuestiones de raza, Palestinos. Y ahora digo yo, si se está creando un estado palestino
en el que tienen prohibida la entrada los ciudadanos de Israel, qué pasa con los árabes que viven en Israel? tienen que renunciar a su ciudadanía Israelita y pasarse a vivir a Palestina ó tienen un salvaconducto de raza que les permite el acceso libre a Palestina?....puf! un lío, asi que mejor lo dejo, porque no entiendo nada.

Otra Jerusalem que descubrí, es la Jerusalem de las sorpresas, me sorprendieron tantas cosas...pero la principal es descubrir que el santo sepulcro, por ejemplo, no está en una iglesia católica, sino en una iglesia ortodoxa griega y que está regentada por siete congregaciones diferentes, una griega, una rusa, hasta una de etiopía, la más pobre de todas, pero ninguna puede hacer nada sin el consentimento de las demás.

Se me olvida que los ortodoxos son también cristianos, pero sorprendentemente, las iglesias y la presencia católica brillan por su ausencia, es una auténtica minoría. El guía nos comentaba que el catolicismo en Jerusalem está desapareciendo y que de esto, de este hecho, Occidente no se está dando cuenta alguna. Increible que en el lugar donde vivió, en el lugar donde padeció y en el lugar donde murió Cristo, haya tan poca huella del catolicismo, de verdad que me costaba creerlo. En una ciudad tan plagada de mezquitas, iglesias ortodoxas y sinagogas, sólo pude ver una iglesia católica, la iglesia de Getsemaní, edificada junto al huerto de los olivos, lugar donde Cristo tuvo sus últimas dudas y donde fue apresado y traicionado por Judas.

Os sigo contando más sobre la ciudad, pero esta vez ya con fotografías.





Esta primera foto pertenece a las murallas de Jerusalem. Las murallas que rodean la ciudad y que tienen la friolera de 3000 años de antigüedad. Lo que no habrán contemplado estas piedras, cuántas guerras, cuántas entradas triunfales, al igual que cuántas salidas de tropas y gentes avergonzadas y derrotadas habrán contemplado sus puertas. Y cuántas veces estas mismas paredes habrán sido levantadas y reconstruidas. Sólo contemplarlas te hace estremecer al pensar que estás mirando, no sólo una muralla, no sólo piedras, sino “puritita” historia. Es sencillamente bestial.







Como toda muralla, dispone de muchas puertas de acceso a la ciudad. Jerusalem, creo, porque no lo recuerdo bien, tiene 6 y estas que veis en la foto es la séptima. Pero si os fijais tienen la peculiaridad de que no tienen acceso, es todo piedra, nadie puede entrar por aquí y sin embargo, son las puertas más importantes de toda la ciudad para cristianos y judíos, y ¿por qué?...pues porque por aquí, para los primeros, según dice la Biblia, después de que tenga lugar el  Apocalipsis, será el lugar por donde vuelva a entrar Jesucristo. Así lo relataba San Juan, por ejemplo, que es uno de los que habla de este tema en los evangelios: “….Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice El Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso...”

¿Y por qué son también las puertas más importantes para los Judíos?...pues porque por aquí, se supone, que entrará su Profeta, el Profeta que los Judíos aún esperan que llegue. Por estas razones, son las puertas más importantes para estas dos religiones....son puertas místicas.






Imagínaos si no serán estas puertas importantes, que esto que veis en la foto, es un cementerio judío, un cementerio situado justo enfrente de las puertas. No son enterramientos bajo tierra, sino al aire libre y esto es así, porque los que tienen el privilegio de estar aquí enterrados, serán los primeros en presenciar la venida del Profeta y serán los primeros en acompañarle al interior de Jerusalem...están en posición de espera, de vigilancia.


De las murallas de Jerusalem, nos vamos ahora a la iglesia de Getsemaní, situada junto al huerto de los olivos, lugar donde Jesucristo se retira a meditar solo unos momentos, donde tiene las últimas dudas, donde la angustia y el miedo por lo que está por venir, le hacen sudar gotas de sangre y donde finalmente acepta la situación con un resignado: “hágase tú voluntad, Padre”








Este es uno de los olivos de ese huerto. ¿Sabíais que los Olivos, cuando mueren, tienen la facultad de regenerarse, de nacer nuevamente? Pues sí, es así. Este olivo de la foto, podría ser el nieto ó el biznieto del olivo que presenció todo lo acontecido esa noche.






 
Porque en este lugar, no sólo tuvo Jesús sus últimas dudas, sino que también fue el lugar donde fue traicionado por Judas y apresado por los soldados.








 Esta que véis abajo, es la iglesia de Getsemaní y arriba podéis ver una bonita iglesia ortodoxa rusa.


Nos vamos. Ahora nos dirigimos al interior de la ciudad amurallada, concretamente a la ciudad antigua. Vamos a recorrer sus calles, donde podréis observar su limpieza y casi podréis sentir su tranquilidad a partir de las imágenes con escenas cotidianas, que a mí al menos, me transmite mucha paz....ahí van.
























  





¿qué, os ha gustado? la mayoría de las personas que andaban por las calles, eran turistas, por lo demás era un día muy tranquilo, pues era viernes y era festivo, no sé para qué religión en concreto, creo que los musulmanes. Es curioso que aquí, los horarios de las tiendas y negocios, van en función de los días de liturgia que tenga cada religión. Los viernes musulmanes (creo), los sábados judíos y los domingos, cristianos. Muchos negocios, si tienen que cerrar para sus oraciones, cierran para volver a abrir después. Pero en general, los horarios de oficinas, colegios y demás terminan sobre las 6 de la tarde.

Cuando paseas por las calles de la ciudad antigua, se nota que es monopolio judío, hay símbolos y señales de ello por todos lados, aquí os paso algunas fotos donde lo podeis apreciar.





 







Esto que veis aquí, se supone que es la tumba del Rey David para muchos judíos, que no para todos. Me sorprendió la cutrez del lugar, pues si se supone que es la tumba de David, el reducido y abandonado habitáculo, no le hace gala en absoluto a quien fue un Rey tan importante. La estancia como os decía es muy reducida y además está dividida, para que por un lado entre los hombres y por otro las mujeres. No se si podeis observarlo, es la cortina azul lo que hace de separación entre las dos partes. Sorprendente ¿no creeis?






Esta es una estatua del Rey David. Creo que es la estatua más desgraciada del mundo porque los judíos no creen en las representaciones de figuras, y todos los fines de semana esta “pobrecita” aparece siendo victima de algún sabotaje ó de algún atentado por parte de los indignados judíos que le hacen todo tipo de barrabasadas...se orinan en ella ó la pintan de colores. 




 


Fijaos, otro enorme símbolo judío. Para que os hagáis una idea  de la cantidad de vigilancia que tienen, sobre todo, en la zona donde ahora nos dirigimos que es el muro de las lamentaciones, que se permiten el lujo de dejar este enorme candelabro de oro expuesto en plena calle. Alucinante.


Bueno, pues después del paseo por las calles de la ciudad antigua, llegamos al corazón de la misma, llegamos a la plaza donde se sitúa el muro de las lamentaciones. Aquí, más que contaros, os  ilustro con imágenes, para tratar de transmitiros el ambiente, el ajetreo calmado que allí se vive a diario 


  Ahí lo tenéis. El muro es la pared del fondo tapada por esa pasarela que veis a la derecha.



Aquí un soldadito, metralleta incluida, haciendo un "break" junto a una relajada turista que descansa sin ninguna preocupación por tener a un soldado a su lado metralleta en mano. Esta es una de las contradiciones que os comentaba de esta ciudad, que a pesar de ser ciudad de paz, está amarda por todas partes, pero curiosamente no sientes en ningún momento miedo alguno.





Aquí veis a los compañeros del soldadito, preparándose para el cambio de turno.




 Esta es la parte del muro exclusiva para las mujeres, por supuesto es la parte más pequeña, así que se tienen que apelotonar unas con otras para poder rezar. ¿Véis en las grietas de la piedra, los papelitos con las peticiones de la gente? ¿están perfectamente incrustados, verdad? Parecen parte de la piedra ya. Después de hacer esta foto, por supuesto, busqué mi sitio, oré, escribí y dejé mi propio papelito, como debe ser. Es espectacular cómo siente la fe esta gente, pues en el sitio donde yo me puse no había mujeres turistas, eran ”lugareñas”. Su actitud para el rezo era bien diferente de las demás. No sólo pegaban las manos a la piedra, sino también el cuerpo entero con la frente en contacto directo con ella y las dos manos abiertas como si quisieran traspasar el muro, como si estuvieran rogando con todo su cuerpo ser escuchadas por Dios. Susurraban sus plegarias, sus rezos, en una actitud, yo diría casi desesperada, pues acompañando al rezo, le seguían las lágrimas. Era conmovedor y chocante al mismo tiempo, pues no me puedo imaginar una manera tan intensa de sentir y vivir una religión.





En esta foto, podeis apreciar la separación de la parte de los hombres y las mujeres. Aparte de ser mucho más pequeña la de ellas, no tienen ni mucho menos las mesas, manteles, libros y todo esta infraestructura que tienen los hombres. Para ellas, sólo hay pared, nada más...ni sillas, ni nada de nada.




 Más imágenes de la vida cotidiana de los alrededores del muro de las lamentaciones.


 Como jerusalem tiene mucho que contar y para no hacer el artículo demasiado largo, aquí termino esta primera parte. En la segunda parte visitaremos parte del via crucis de Cristo, el Santo Sepulcro y nos iremos a Belen a visitar la iglesia de la anunciación.